Audiencia privada a los itinerantes y a las familias en misión 28-12-1986

S. Juan Pablo II

Castelgandolfo, 28 de diciembre de 1986

Esta mañana han asistido a la Misa del Santo Padre en Castelgandolfo un grupo de unos 400 catequistas itinerantes de las Comunidades Neocatecumenales. El Papa les ha entregado las cruces misioneras al final de la Misa. A estos catequistas, que participan en una convivencia de reflexión sobre la Evangelización en Europa (Porto San Giorgio: 22 de diciembre – 6 de enero), el Papa les ha dirigido algunas palabras al final de la misa y les ha entregado la cruz misionera. Presentación de Kiko:

«Carísimo Santo Padre, aquí están presentes los equipos itinerantes responsables de 72 naciones que han venido de todo el mundo para una convivencia de 20 días para reflexionar y sobre todo para vivir juntos la comunión.

Están presentes, también, 12 familias que parten después de esta convivencia para el norte de Europa para evangelizar, llamados por los obispos de Hannover, de Estocolmo, de Dinamarca y diversos sitios. Parten con todos sus hijos; están aquí 70 presbíteros, 48 familias con 203 hijos (una media de 5 hijos por familia), 64 chicos, 28 chicas y también 16 seminaristas que los acompañan. Están aquí un poco todos los que llevan adelante la evangelización en todo el mundo a través del Camino Neocatecumenal».

Le agradecemos este encuentro que sella los 20 años del nacimiento del Camino Neocatecumenal y de la evangelización en todo el mundo. Estamos muy agradecidos a la Familia de Nazaret y a la Virgen María por este encuentro».

Al final de la celebración el Papa se ha dirigido a los presentes con estas palabras:

«Carísimos, hemos celebrado la Santísima Eucaristía, hemos celebrado esta santísima Eucaristía contemplando el camino de la Sagrada Familia de Nazaret, de José, de María y de Jesús; de Jesús, de María y de José. La Iglesia nos dice que esta Sagrada Familia es modelo de todas las familias cristianas, de todas las familias del mundo. María y José concentrados en el misterio del Hijo encarnado, nos muestran el camino de la fe que debe constituir y formar la vida de toda familia cristiana. Hace falta una fe profunda para caminar en el mundo de hoy como familia, es necesario una fe valiente para actuar en el mundo hoy el diseño de hoy este diseño propio de Dios de la familia, este diseño de Dios de amor de la vida que es propio de cada familia, que es su vocación. Hace falta una fe grande para caminar como familia por las huellas de la Sagrada Familia; y de esta manera hacer caminar a los otros, a las otras familias.

Yo, queridos hermanos y hermanas, junto con mis hermanos obispos y sacerdotes, os deseo este camino en la fe como familias, y os deseo que este camino en la fe sea ejemplo para las otras familias del mundo de hoy, como para nosotros y vosotros es ejemplo la Sagrada Familia de Nazaret: Jesús, María y José. Os doy mi bendición».