Saludo durante la visita a Perú 16-5-1988

S. Juan Pablo II

Lima, 16 de mayo de 1988

Durante su visita apostólica a Perú, en la ciudad de Lima, el Papa ha dirigido el siguiente saludo a las Comunidades Neocatecumenales y a las familias que desde hace más de un año trabajan en los “Pueblos Jóvenes”, en medio de los pobres.

«Doy las gracias a todos los presentes y a todos los que han contribuido a la organización y actuación de este gran congreso Eucarístico Boliviano, especialmente a los que ayer contribuyeron a su conclusión.

Pienso en todos, no solamente en los presentes, sino en Lima y en toda la nación. Deseo saludar a los diversos grupos, asociaciones y movimientos, algunos de los cuales muy activos. Esta actividad se ha demostrado a través de las invitaciones dirigidas al Papa para que visitase sus sedes, pero no se podían hacer visitas privadas, siendo una visita general a toda la ciudad de Lima, a toda la capital, que tiene cerca de seis o siete millones de habitantes. Os estoy agradecido por estas invitaciones, especialmente por las actividades apostólicas de estos movimientos, como por ejemplo, los Neocatecumenales. Ellos merecían verdaderamente una visita, merecían, sinceramente, más; pero no ha sido posible esta visita.

Deseo bendecir todo lo que hacen para promover la evangelización en esta nación, así como para promover las vocaciones. Sabemos bien que se encuentran entre vosotros varios itinerantes que, como me dice el Cardenal Landázuri, trabajan muy bien. Os doy las gracias a todos y os bendigo de todo corazón».