Iglesia de Fuentes de Carbonero
Un lugar para peregrinar y celebrar, testigo de la historia que Dios hace con nosotros.
«Me impresionó que mientras todas las casas del pueblo estaban destruidas, lo único que quedaba en pie en aquella aldea abandonada era la iglesia, y una iglesia llena de pobres. Aquí celebramos la Vigilia Pascual con los hermanos de las barracas y los de la primera comunidad de Madrid. No teníamos luz; nos alumbramos con un cirio viejo que encontramos. Al amanecer comimos un cordero que habíamos encargado en Carbonero»
Kiko Argüello.
La restauración de la Iglesia de Fuentes
El pasado 12 de octubre (2022), fiesta de la Virgen del Pilar, en Fuentes de Carbonero el Mayor, una pequeña aldea cerca de Segovia, deshabitada desde 1960, tuvo lugar una celebración con un significado verdaderamente extraordinario.
La Eucaristía estuvo presidida por el obispo de Segovia, S.E. Mons. César Franco, acompañado por más de treinta presbíteros y en presencia de unas 500 personas que llenaron el interior de la iglesia y la zona circundante.
El área, aparte de la pequeña iglesia ahora completamente restaurada gracias al esfuerzo y al trabajo llevado a cabo por el Camino, está rodeada de campo.
¿Qué tiene de particular este lugar? ¿Por qué se ha reconstruido una iglesia en un lugar abandonado por los hombres y se pensaría también dejado de la mano de Dios?
Un lugar para peregrinar
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Kiko Argüello y Fuentes
A dos kilómetros de la localidad de Carbonero el Mayor (Segovia) se encuentra Fuentes de Carbonero. En 1960, el pueblo queda deshabitado y sólo queda el templo.
«Dios ha querido que, en el año 1965, deseando buscar un lugar de retiro y oración, encontrara abandonada la iglesia de Fuentes de Carbonero. Mientras caminaba por la meseta castellana en un nublado día, un rayo de luz iluminó las piedras de mica que abundan en la zona y de repente todo quedó iluminado y quedé impresionadísimo: la iglesia en medio de aquella estepa era una verdadera aparición. Estaba abierta y vacía; todavía tenía el retablo y algunas imágenes; la sacristía con tarima de madera me sirvió para dormir. Estuve viviendo allí quince días, rezando, solo y con grandes frutos. Viendo que era un lugar estupendo, me retiré allí otras veces, viviendo en soledad, en ayuno y oración y durmiendo con mi saco de dormir en la sacristía»
Kiko Argüello.
La Vigilia Pascual
«Como por allí cerca pasaba un río, decidí llevarme unos días en verano a los hermanos de las barracas para que también ellos tuvieran vacaciones. Vivimos una semana de descanso, de comunión y de amor. En 1967 celebramos la Vigilia Pascual en la iglesia de Fuentes con los hermanos de Palomeras y los de la primera parroquia de Madrid. En 1969 le dije a D. Francesco Cuppini –el primer presbítero que nos acompañó a Carmen y a mí– que se viniera conmigo a pasar la Semana Santa. Fuimos allí y no teníamos luz, pero había un cirio antiguo y lo encendimos. Encargamos en el pueblo de al lado un cordero para comer en la cena pascual, al amanecer. Celebramos la Vigilia Pascual sin luz; la presidió Francesco Cuppini»
Kiko Argüello.
La evangelización
«También se celebró en Fuentes la primera convivencia de itinerantes y desde allí partieron para la evangelización los primeros equipos para América»
Kiko Argüello.
Esa primera convivencia, convocada por Kiko y Carmen, tuvo lugar del 1 al 20 de agosto de 1969, un año después de haberse iniciado el Camino Neocatecumenal en Italia.
Desde entonces, esta nueva vía de iniciación cristiana, una síntesis catequética basada en la Palabra de Dios, la Liturgia y la Comunidad, se ha extendido rápidamente por España e Italia, y actualmente está presente por todo el mundo.
La Santa Sede aprobó el Estatuto del Camino Neocatecumenal en 2008.
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