Visita a la parroquia de San Mauro Abad 9-5-1982
S. Juan Pablo II
Roma, 9 de mayo de 1982
Al final de la Misa el Santo Padre inició la serie de encuentros con los diversos grupos parroquiales: todos eran, evidentemente, jóvenes y en los inicios del Camino. Junto a esta juventud el Papa pudo ver, sin embargo, el gran entusiasmo que anima a estos fieles decididos a ayudar al párroco y a sus más directos colaboradores para animar la comunidad. En la capilla, el Papa encontró primeramente a los catequistas y a las Comunidades Neocatecumenales a quienes el párroco presentó con estas palabras:
«Santidad, tengo el placer de presentarle los grupos de esta parroquia: el grupo de catequistas de Primera Comunión, Postcomunión, Confirmación y Jóvenes. En diciembre se constituyó la Comunidad Neocatecumenal. Los catequistas han sido adultos. Algunas parejas han venido de la Parroquia de S. Timoteo, de Casal Palocco, de nuestro sector sur. Se trata de una comunidad heterogénea de núcleos familiares de diversas procedencias, tanto en el ambiente como en el círculo cultural, ricos y pobres, pero todos ricos en el Señor. Estos catequistas han abierto el Camino en esta parroquia. El responsable de la Comunidad es Daniel que también es cantor, el cual con su mujer Ana y varios corresponsables han comenzado a abrir el camino en esta parroquia. Los otros catequistas han venido de fuera siguiendo la invitación que les hice: son madres, clérigos, jóvenes y también papás y las hermanas. Son hermanas de la providencia y una hermana palomina que colabora en las catequesis. Muchos de estos vienen de lejos, en el sentido que no estaban dentro de la Iglesia. Son personas que habían abandonado completamente su relación con el Señor Jesús».
Tomó la palabra Domenico, el catequista de la Comunidad Neocatecumenal, el cual dijo cómo él y su amigo Carlos vinieron a San Mauro con la esperanza de repetir la experiencia que desde hace 7 años llevaban en San Timoteo: una experiencia de fe que ha cambiado radicalmente su vida y la de tantos otros compañeros de camino.
El Papa respondió:
«Gracias por vuestros testimonios. Tales testimonios pueden ilustrar muy bien cuanto hemos meditado hoy sobre la vid y los sarmientos y cómo Cristo nos trae la vida a cada uno, al corazón humano, al yo interior y después a la dimensión social de nuestra vida. Nos encontramos en una capilla que sustituye a la Iglesia parroquial. Visitando la parroquia se me ocurre pensar espontáneamente en la necesidad de una Iglesia. La Iglesia no existe todavía, la Iglesia como edificio. Pero la Iglesia ya se construye. Se construye la Iglesia espiritual, a través de la Palabra de Dios y de los Sacramentos. Se construye a través de la Palabra de Dios cuyos ministros, los servidores, los apóstoles, sois vosotros los catequistas.
Se construye también con los sacramentos comenzando con el Bautismo y sois vosotros, grupo Neocatecumenal, los testigos de la fuerza del sacramento porque se trata, no de una idea, sino de una persona que vive y vivifica: este es el sacramento. El sacramento nos da la vida, la Palabra de Dios nos trae la luz y el sacramento nos trae la vida divina: luz divina, vida divina. Así la Iglesia se construye gracias a vuestro apostolado. Os deseo que seáis la levadura de esta construcción de la Iglesia viva de San Mauro y os bendigo de corazón».