Visita a la parroquia de la Santa María Regina Mundi en Torre Spaccata 14-12-1986

S. Juan Pablo II

Roma, 14 de diciembre de 1986

Concluido el encuentro con el Consejo Pastoral, en otra sala el Papa se ha encontrado con los representantes de todos los grupos y las asociaciones, que han sido presentados por el párroco. Entre los fieles estaban también presentes algunos itinerantes. A todos el Papa les ha dirigido estas palabras:

«Saludo a todos los presentes y, a través de vosotros, a todos los grupos de apostolado de los laicos, grupos distintos, caracterizados, por un cierto programa, de una cierta espiritualidad. Por ejemplo, hay una espiritualidad carmelita que tiene su signo visible en el escapulario carmelita, que yo llevo desde hace muchos años. Después hay una espiritualidad Neocatecumenal y de otros grupos. Otros programas, otras espiritualidades. Todos contribuyen al bien común de la Iglesia. Esto que digo se corresponde con las palabras de San Pablo: la Iglesia Cuerpo de Cristo. Muchos órganos, muchos miembros, muchas células contribuyen a la vida del cuerpo, de un organismo. Nosotros somos también un organismo espiritual, un organismo místico, que se llama Cuerpo de Cristo y todos recibimos de este organismo los distintos impulsos del Espíritu Santo, las distintas gracias, gracias especiales, los distintos carismas. Después, con estos impulsos, con estas gracias tratamos de contribuir al bien del cuerpo, al conjunto del cuerpo místico de Cristo, de la parroquia que es, en la analogía paulina, Cuerpo de Cristo. Quiero expresar mi gran alegría por el modo cómo habéis celebrado hoy el 25º aniversario de vuestra parroquia, de un modo muy digno, muy bello, con gran participación, con una celebración durante la cual se ha rezado bien y se ha cantado bien. Y también por la coronación de la Virgen, Reina del Mundo. Deseo todo bien a cada uno de vosotros y a vuestras asociaciones. Que ellas sean una fuente de bien para los otros y para vosotros mismos. Os deseo además una Feliz Navidad».