Visita a la parroquia de San Benito José Labre 31-10-1999
S. Juan Pablo II
Domingo 31 de octubre de 1999
Al término de la Santa Misa, en una sala del complejo parroquial, se celebró la reunión con los jóvenes y con los miembros del consejo pastoral y los representantes de las diferentes realidades de la parroquia. En nombre de los presentes, Vittorio, de 29 años dirigió estas palabras de saludo al Papa:
«Santo Padre, le hemos saludado con las palabras que Isabel le dijo a la Virgen María: “¿Cómo es que la Madre del Señor viene a mí?” Este canto expresa gratitud a Usted por esta visita a nuestra comunidad parroquial. En esta reunión estamos presentes: una Comunidad Neocatecumenal, los animadores del oratorio, los catequistas, los miembros del consejo económico de la parroquia y los jóvenes que se preparan para la Jornada Mundial de la Juventud. Santo Padre, en estos pocos años de la vida de nuestra parroquia hemos visto que no somos “buenos”, somos débiles y pecadores y tantas veces se nos hace difícil ser luz en medio en nuestro barrio, pero hemos experimentado que sólo en Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación, hay vida; por esta razón le pedimos a Su Santidad, como sucesor de Pedro, que nos confirme en la fe. Gracias, estamos agradecidos y llenos de alegría por su presencia entre nosotros».
El Santo Padre, dirigiéndose a los presentes, dijo estas palabras:
«Enseguida se nota que sois Neocatecumenales. Basta escuchar los cantos. Que son vuestros cantos específicos. Después, que, sois gente joven, eso se ve. Os preparáis para el Año 2000, para la Jornada Mundial de la Juventud, en Roma: y esto está bien. También yo me preparo, aunque cada vez soy menos joven. Y los jóvenes me siguen siempre gozosos. Por eso os doy las gracias con ocasión de esta visita, y os deseo una buena continuación a todos; a las comunidades parroquiales, al consejo de pastoral, a los jóvenes y a los Neocatecumenales. El Jubileo irá bien. El Año 2000 está ya cerca. La Puerta Santa se abrirá dentro de menos de dos meses, el 24 de diciembre. Recordamos todavía a nuestros difuntos, en estos días particulares, en los que toda la Iglesia los conmemora. Gracias una vez más. ¡Tened siempre gran ánimo! También vuestro párroco es neocatecumenal se ve rápido. El que lleva barba es siempre sospechoso. También el coadjutor lleva barba. Entonces tratamos de admirar a los neocatecumenales, aunque no llevemos barba.
¡Alabado sea Jesucristo!».