Convivencia de obispos en Nueva York 1-4-1997

S. Juan Pablo II

Nueva York, 1-5 de abril de 1997

“Nueva Evangelización y Tercer Milenio. Sólo una nueva estética salvará a la Iglesia”: este ha sido el tema. La convivencia ha sido una ocasión ofrecida a los obispos para que pudieran conocer qué es el Camino Neocatecumenal, bebiendo directamente de su fuente. La reflexión sobre la necesidad de una nueva estética para evangelizar el Nuevo Milenio no podía encontrar un escenario más adecuado que el de la “Gran Manzana”, la capital cultural del mundo contemporáneo. La “Nueva Estética” introducida por el Camino Neocatecumenal a través de su iniciación bíblica y litúrgica está demostrando, en la realidad de los hechos, que es capaz de hacer frente al impacto cultural de la megalópolis que amenaza la vida de la Iglesia.

El telegrama del Santo Padre:

«El Santo Padre ha sido informado del encuentro organizado por el Camino Neocatecumenal en Nueva York del 1 al 5 de abril. Envía los más cordiales saludos a todos aquellos que participan en él, en particular a sus hermanos obispos que han apoyado esta iniciativa, ofreciendo una reflexión, unida a la oración, lo que contribuirá a la próxima asamblea especial del Sínodo de Obispos de las américas. El Sínodo tiene como tema: “El encuentro con Jesucristo viviente, un camino para la conversión, la comunión y la solidaridad en América”.

Este Sínodo quiere alentar para dar un nuevo impulso de evangelización en las Iglesias de América, mientras se están preparando para el gran Jubileo del año 2000. Esto llama a un renovado impulso, no sólo de los pastores, sino también de los laicos, de las asociaciones y de los movimientos eclesiales.

En estos días, trataréis de individualizar los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia de América en el esfuerzo de llevar adelante esta importante misión y de encontrar soluciones adecuadas a la luz del Espíritu Santo. El Santo Padre se acordará en sus oraciones de todos aquellos que toman parte en el encuentro. Invocando abundantes bendiciones divinas sobre vuestras decisiones, imparte cordialmente su Bendición Apostólica».

Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado