El viernes 5 de mayo de 2023, en el Dicasterio de las Causas de los Santos del Vaticano ha tenido lugar el acto de Apertura de las cajas de las Actas del proceso diocesano de la Causa de beatificación y canonización de Marta Obregón, por vía de martirio.
Ha sido un acto sencillo pero solemne, entrañable y de gran emoción. Este paso marca la reanudación de la investigación en profundidad que se realiza en esta segunda fase. En este han estado presentes la nueva postuladora de la fase romana, la Dª. Cristiana Marinelli, el sacerdote postulador de la fase diocesana, D. Saturnino López, y D. Carlos Metola, representante de la parte actora de la Causa (El Camino Neocatecumenal).
Marta Obregón, era una joven alegre, con gran vitalidad, que pertenecía a una comunidad neocatecumenal de la parroquia de San Martín de Porres de Burgos. Era una de las salmistas de su comunidad.
Cuando tenía 22 años y estudiaba el último año de la carrera de Periodismo, se “levantó” para la evangelización en la Convivencia de Inicio de Curso, es decir, se ofreció para ser enviada a cualquier parte del mundo como misionera itinerante. Estos últimos meses de su vida buscaba hacer la voluntad de Dios, y en sus “ecos” y “oraciones” en las celebraciones de su comunidad repetía a menudo: “Señor, hágase”.
La noche del 21 de enero de 1992, fue abordada en el portal de su casa, raptada y llevada brutalmente a un descampado, fuera de la ciudad, para ser violentada por su asesino. Marta defendió la virtud de la castidad de forma heroica, hasta la muerte. Recibió 14 puñaladas (las mismas que recibió Santa María Goretti), una de ellas directa al corazón y murió el 21 de enero (fiesta litúrgica de Santa Inés, virgen y mártir).
En su parroquia y en toda la ciudad de Burgos, así como en muchos lugares de España y del mundo, ha llegado la «fama de santidad y de martirio» de esta joven comunicativa y jovial, que hablaba abiertamente de la acción de Dios. En un escrito de Marta poco antes de morir escribió estas palabras profundas sobre su vida:
“Me estoy dando cuenta de algo: que debo vivir el presente, y solo así, podré averiguar lo de antes, que es tu VOLUNTAD, y siempre LO MEJOR para mí de todo, de TODO lo que el mundo me ofrece”.
Agradecemos a Dios este nuevo paso que da la Iglesia con Marta Obregón y que aumenta nuestra esperanza. En un mundo donde la impureza crece y arruina la obra del Creador, el ejemplo de Marta Obregón, con la defensa heroica de su castidad, se convierte en una luz para los jóvenes y adolescentes del siglo XXI que, bombardeados por la ideología de género y la banalización del sexo, muchos desconocen la dignidad del cuerpo y el valor de la virginidad provocándoles tantos sufrimientos. Pidamos al Señor para que este proceso siga adelante con diligencia y sirva de ejemplo y consuelo a los jóvenes del Camino Neocatecumenal y de toda la Iglesia.