Estoy agradecido al Señor por este evento, que sella un largo camino de aproximación y amistad entre el Camino Neocatecumenal y el pueblo hebreo, que comenzó con Carmen Hernández en su viaje a Israel en 1963-64, y que ha sido promovido por la Declaración “Nostra Aetate” del Concilio Vaticano II en 1965.
El redescubrimiento de las raíces de nuestros hermanos mayores en la fe, favorecido por la Constitución Dei Verbum, que ha afirmado la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y que el Camino Neocatecumenal ha puesto en práctica durante más de 50 años en la celebración semanal de la Palabra de Dios, ha hecho nacer el amor al pueblo judío en los hermanos del Camino Neocatecumenal.
Kiko Argüello
Madrid, 19 de octubre de 2021