Castelgandolfo 28 diciembre 1986. Celebración eucarística del Papa S. Juan Pablo II con Mons. Cordes, Kiko Argüello, Carmen Hernández y los itinerantes.

Agradecidos a Dios por su precioso ministerio en la Iglesia

Esta madrugada (15 de marzo de 2024) el Señor ha llamado al premio de la vida eterna al cardenal Paul Josef Cordes. Toda la Iglesia, y el Camino Neocatecumenal en particular, le está particularmente agradecido por la obra que ha realizado durante tantos años de su vida, acompañando con sus sabios consejos el nacimiento y el crecimiento -con su gradual inserción en la Iglesia- de tantas asociaciones y realidades eclesiales que después del Concilio fueron floreciendo, desempeñando su ministerio como Vicepresidente del Pontificio Consejo para los Laicos (1980-1995).

Ya en 1986 (el 21 de octubre, con la carta del Secretario de Estado, cardenal Casaroli), por voluntad del Papa Juan Pablo II, que deseaba favorecer una mejor inserción de las Comunidades Neocatecumenales en la Iglesia y la necesaria definición de su identidad jurídico-eclesial, se le encargó llevarlo a cabo. En 1990, san Juan Pablo II le escribió la carta «Ogniqualvolta», como encargado «ad personam» para el Apostolado de las Comunidades Neocatecumenales, donde se reconocía el Camino «como un itinerario de formación católica, válido para la sociedad y para los tiempos de hoy», y donde el Papa deseaba que esta obra para la nueva evangelización fuese valorada y ayudada por los Pastores.

Monseñor Cordes siempre ha tenido una especial atención y afecto por los iniciadores del Camino, Kiko Argüello y Carmen Hernández, y les ha apoyado y animado en su camino de crecimiento, en todos los momentos de su historia, asistiendo y acompañando los distintos pasos que han llevado al Camino Neocatecumenal a ser aprobado «como una modalidad diocesana de la iniciación cristiana y de la educación permanente de la fe» (Estatutos, Art. 1,2) y a ser reconocidos por la Congregación para la Doctrina de la Fe todos los textos de las catequesis como “Directorio Catequético”.

En todos estos largos años de historia, en todo este camino, el Cardenal Cordes siempre no sólo ha estado cercano, sino amigo y válido apoyo para los Iniciadores y para todas las Comunidades Neocatecumenales, que tanto le deben a su trabajo, como también muchos Pastores a los que animó para que ayudaran y potenciaran esta obra por el bien de la Iglesia.

En particular, recordamos la publicación de su libro: «Participación activa en la Eucaristía. La ”actuosa participatio” en pequeñas comunidades» en defensa de la Eucaristía celebrada en pequeñas comunidades, que tanto defendieron Kiko y Carmen.

Nos es grato recordar aquí, lo que el mismo Papa Benedicto XVI le escribió en una carta con motivo de su 75º cumpleaños:

“Con valentía y creatividad al principio de tu actividad romana has abierto nuevos caminos para conducir a los jóvenes a Cristo… También has contribuido en la génesis y en el crecimiento de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Particularmente característico de tu impulso pastoral está y sigue estando tu compromiso con los «movimientos»: el Movimiento Carismático, Comunión y Liberación y el Camino Neocatecumenal tienen muchos motivos para estarte agradecidos. Aunque los organizadores y planificadores de la Iglesia, al principio, tenían muchas reservas sobre los movimientos, tú has sentido inmediatamente la vida que allí estaba surgiendo: la fuerza del Espíritu Santo que abre nuevos caminos y de un modo imprevisible mantiene siempre joven a la Iglesia. Has reconocido el carácter pentecostal de estos movimientos y te has comprometido apasionadamente para obtener que fueran acogidos por los pastores de la Iglesia».

Encomendamos a la oración de todos los hermanos este agradecido recuerdo del cardenal Cordes para que pidan al Señor que acoja en su Reino a este «siervo bueno y fiel» (Mt 25,21).

Kiko Argüello, P. Mario Pezzi y María Ascensión Romero
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